domingo, mayo 16

Más que un alcance de nombre


Ya ganaste cuatro de los reconocimientos más grandes que se dan en tu profesión. Con 41 años ya y los estadounidenses se rindieron antes tus pies: su academia te brindó un Oscar, luego de dos nominaciones anteriores y tres Globos de Oro, además del reconocimiento por parte del Sindicato de Actores (SAG). Y no sólo eso, también los rígidos británicos cedieron ante tus dotes y su academia te otorgó un BAFTA. En definitiva, ya lo tienes todo.


Pero…para variar, el éxito comercial no va de la mano del personal. No hablo de marketing y que tus películas no la rompen como un musculoso hombre lobo y una joven que apenas puede cerrar su mandíbula, ni menos que te digitalizan y te convierten en una alienígena enamoradiza. Lo tuyo es el drama, de ese con introspección que provoca analizar situaciones cotidianas. Bridget Jones se convirtió hasta en un apodo para las solteras regordetas. Por un lado, por otro, hay otro color. A pesar que eres gringa, tu desmesurada contención a la hora del humor, increíblemente sí es graciosa. Algo así como una versión femenina de un loquillo George Clooney. Uff, ese Clooney.


Así que tienes el éxito profesional. No se te conocen aires de diva, no se filtran tus sanguinarios rechazos de guiones como tu no-amigui Gwyneth. De hecho, la mayoría de productores y colegas sólo tiran flores a esta tranquila, obediente, matea y perfeccionista señorita Zellweger.


Un carisma que brota de esos dos botones azulinos y esa cara redondeada por tus rosados cachetes que contrastan con la leche de tu evitado bronceado. Es cierto, tu facciones no motivaría a Vogue ni tu cuerpo a Victoria’s Secret, pero de que tienes lo tuyo…girl, you got it!


Una obsesiva por tu físico, siempre muy deportista y marcadita como conejo de chocolate. Con ese cabello desgreñado que adorna tu tenida diaria: buzo, zapatillas, polerón. Adicta al café, a los vestidos de gala ceñidos, cabello corto y al poco maquillaje.


Si bien, usualmente no andas glamourosa para un photoshoop de improviso o el asedio de los paparazzos, cuando te toca lucirte en la red carpet apareces deslumbrante superando tu natural belleza ayudada por precisas telas y costuras.


Sí, tienes todo. Regia figura, regio intelecto, regio pasado, regio presente, regio amor. No, lo último no.


A tu desgracia, más de lo que quieres, tus incursiones amorosas se han permeado a la prensa. OK, supimos que fuiste sumamente feliz con el desquiciado de Jim Carrie. Seguramente, fuiste su resplandor tipo Clementine pues duraron años. Luego, nena, atrapaste por un tiempo al escurridizo y deseado Clooney. Fue divertido and it’s over. Después te caíste por los músicos, unas tonaditas de un White y un simbólico y playero casamiento con un Kenny Chesmy. Una vez más, todos pensamos que por fin habías acertado y encontrado a ese sujeto indicado. Cinco meses después, las palabras “divorcio por fraude” nos sacaron de las suposiciones. El último, la sonrisa pícara de Bradley Cooper y el sabroso gossip que tu gracia se lo arrebató a la divinidad Aniston. No obstante, se dice que ya rompieron…sola de nuevo, Renée.


Gastas tu día en tu workout, leyendo guiones y actuando en películas que se llevan tu pasión. Seguramente cuando te dediques a escribir y producir, marcarás más precedentes que la encarrilada de Drew, porque tú eres así: abismantemente talentosa, poderosamente exitosa y encantadoramente bella.


Pero, los que empezamos con R y terminamos con E sabemos que detrás de esas sonrisas para los flashes, se transluce esa pena. La pena de la resentida parte vacía de un vaso, que está a más de la mitad de lleno por aplausos profesionales. Así como también, los que destacamos las piernas a la hora de vestir, tenemos claro que no importa la cantidad de aplausos, reconocimientos ni portadas cuando en tu currículo no figura ningún premio de ninguna academia por interpretar el papel en el cual la mayoría se luce: una buena media naranja/complemento amoroso. ¿En qué has fallado, Renée? Cierto: la perfección no existe.

1 comentario:

  1. diablos, me encanta como escribes
    te imagino hablando a la cámara luego de una sesión de Queer Eye For The Straight Guy!
    XD!!!

    A mitad de texto ya se vislumbraba un clarísimo tranzado autobiográfico

    Te gusta dejar anónimo a tus protagonistas, me gusta ese estilo

    Te quiero amigo!

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Espero seas sincero