domingo, enero 11

Siéntete bienvenido, for sure

Este es el momento donde yo me presento, o en este caso, me vuelvo a presentar…pero no, no es necesario. Si alguien llegará a estar colgado por este autor, que sea un poquito vivaz y averigüe. Contactarme no ha sido difícil para nadie, que yo sepa.

Esto, todo este blog, toda la Sinfonía es una nueva etapa que no tiene nada de reciente. Yo creo que vengo amasando esto desde mitad del año pasado, y comencé a concretizarlo seriamente desde septiembre.

¿Qué es ReRe? Es simple: no es Rebirth. No quiero ser más verborreico respecto al nuevo nick ocupado en el ciberespacio y creación de una personalidad. Las diferencias con Rebirth las establecerán, si se les da la gana, a quienes desean y/o quienes conocieron la anterior etapa.

Bueno, prosiguiendo. Me gusto esto de la Sinfonía, y es retórico: en un conjunto así hay de todo. De un apacible adagio a una turbulenta partitura. Y es lo que me he autopronosticado luego de un año tan dramático como el pasado. No digo que el año pasado fue triste o algo similar, sino que poseyó emociones fuertes y prolongadas, dilemas, conflictos, alegrías…por eso estimo que “drama” lo resume bien. Este año ¿quién sabe? Quizás termino con más adrenalina y bilirrubina o puede ser una inyección de morfina.

A pesar de haber cerrado la anterior ventana con un mensaje que seguramente sonó muy bitchy (“Rebirth dejó de ser malo”), esta no quiero que caiga en extremos. Como le dije a una amiga: conciente y voluntariamente jugué a ser malo”. De algún modo, ni el bueno ni el malo han funcionado cómo yo pensé que lo harían. El mayor insatisfecho soy yo. Después la maté con un cliché: “sólo quiero ser yo”. Já. Señores, esa falacia es tan falsa como la austeridad papal. Esto, a mis 21, sigue funcionando como la vida, lo que llaman sabiamente “ensayo y error”.

Y para no cerrar con un párrafo con tantas comillas. Lo principal:

Bienvenidos. Espero lo disfruten, escriban y pregunten mucho más.